Muchas veces me pregunto dónde está el límite que determina cuando algo ha sido impreso en 3D. Me resulta un tanto complicado comprender el concepto de “imprimir” que se maneja actualmente. Sin embargo, en lo que determino cual es la línea que marca la diferencia entre algo impreso de algo construido afortunadamente la tecnología avanza a pasos agigantados. Lo digo por el Strati, un vehículo impreso en 3D completamente funcional.
Antes del Strati han existido vehículos impresos parcial o totalmente utilizando la tecnología de impresión 3D, pero dichos vehículos no eran del todo funcionales. Así el Strati se convierte en el primer vehículo cuya carrocería e interior se imprimen en 3D pudiendo utilizarse como vehículo todos los días. Se dice fácil pero no lo es tanto.
Quise hacer la precisión de que lo que se imprime es la carrocería y el interior porque en realidad no todo el vehículo se obtiene a partir de esta tecnología. El motor eléctrico, entre muchas otras piezas, aún no puede obtener con impresión 3D, aunque quizá algún día sea algo probable. Si, se acerca el tiempo de decir: “acabo de imprimir un coche nuevo”. ¿O quizá no?
El Strati acabá de ganar el primer lugar en el concurso 3D Printed Car Design, lo que lo ubica como una promesa interesante en el ámbito automotor, en parte por su autonomía de 200 kilómetros. Para que estuviera finalizado se requirieron 44 horas de impresión más otras 48 horas de armado. Nada mal considerando que se trata del inicio de esta tecnología. No dudo que este tiempo pueda disminuirse bastante, lo que permitiría comercializarlo.
Eso si, habría que ver como le va en las pruebas necesarias para la homologación, pues para ser un vehículo de calle debe presentar determinada resistencia para soportar la fuerza del impacto en caso de accidente. ¿Un vehículo impreso podrá superar dichas pruebas? Sin duda será interesante ver el resultado.
Vía | ALT1040