Los términos pila y batería suelen utilizarse de forma cotidiana como sinónimos, pero lo cierto es que se trata de dos tecnologías distintas. La gran diferencia entre ambas es que la batería pierde su carga eléctrica con el tiempo, mientras que la pila no. Es decir, una pila, se utilice o no, conservará su carga eléctrica, lo que no sucede con una batería.

Esta es la razón por la cual cuando uno compra un paquete de pilas se observa que estas tienen fecha de caducidad, de cuando menos varios años. Pero si después de un tiempo quieres usar una batería, que puede ser de un dispositivo, o de un vehículo eléctrico, no obtendrás el más mínimo rastro de electricidad, hasta que vuelvas a cargar la batería.

Batería de iones de litio utilizada en vehículos automotores. Fotografía de Wikimedia Commons.

Batería de iones de litio utilizada en vehículos automotores. Fotografía de Wikimedia Commons.

Aunque debemos precisar un poco más el asunto. Si dejas a una batería al olvido perderá su carga eléctrica de forma constante, hasta quedar seca. Por su parte, si abandonas una pila, no se pierde la carga eléctrica, pero si se degradan físicamente sus componentes, lo que implica que pierde la capacidad de producir corriente eléctrica.

Es por ello que las pilas se consideran un generador primario, con la capacidad de producir corriente eléctrica. Las baterías son, en cambio, generadores secundarios, capaz de acumular de forma química una carga eléctrica. Ahora bien, las baterías tienen su ventaja, y es que se pueden recargar una y otra vez, algo que no sucede con las pilas.

Vía | Microsiervos