La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han estado trabajando en el desarrollo y la construcción de un microsatélite, el cual han presentado recientemente. Se trata del Quetzal, un microsatélite en el que se han invertido 5 años de desarrollo y aproximadamente 10 millones de dólares.
Quetzal servirá para monitorear los flujos de la la contaminación atmosférica en las grandes ciudades latinoamericanas; tiene forma de cubo con una medida por lado de 50 centímetros. Este microsatélite tiene una gran importancia simbólica para la UNAM, que en este año conmemora los 25 años del su primer lanzamiento de un satélite científico.
Si bien los avances en el proyecto son muy buenos aún faltan algunos años para que se lance al espacio. Se estima que será en 2019 cuando pueda ser puesto en órbita, por ahora se están construyendo los primeros prototipos en el Centro de Alta Tecnología (CAT) de la UNAM. Se estima que cuando esté en órbita ejecutará sus funciones a una altura de entre 700 y 800 kilómetros, aunque para llegar a ese punto tendrá que superar las pruebas de las instancias correspondientes.
El profesor Saúl Santillán es el responsable del proyecto, en el cual trabajan 40 personas, entre profesores investigadores y estudiantes. Los avances en la construcción de este microsatélite son sometidos a un proceso de revisión por parte del personal del MIT y también de la Agencia Espacial Mexicana (AEM).
Vía: ALT1040