En algún momento de la historia la carrera espacial llevó a Estados Unidos y Rusia a competir por el honor de llegar primero a la Luna. Los estadounidenses fueron los ganadores, aunque no hay que olvidar que los rusos fueron los primeros en poner un hombre en órbita. Esta parte ha quedado en la historia, pero parece que otra carrera espacial se avecina.

A inicios de año desde Rusia hicieron saber al mundo que habían puesto manos a la obra para construir su propia estación espacial. Esto sin duda es una triste noticia, pues la actual Estación Espacial Internacional (ISS) es quizá la única cosa en la cual las grandes potencias mundiales están unidas. Hasta ahora el espacio era lo único donde había colaboración y eso terminará.

La ISS es un proyecto conjunto de Estados Unidos, Rusia, Europa, Japón y Canadá, el cual termina en 2024, al menos según los planes originales. El problema es que si Rusia abandona se va uno de los dos países que más invierten en el proyecto, y considerando que para 2028 los componentes de la estación serán obsoletos, la continuidad de la ISS penderá de un hilo.

Ahora bien, todo seguirá como hasta ahora hasta 2024, que es cuando Rusia dejará el proyecto. Y es que los rusos prevén tener lista su propia estación espacial para 2023. En este año es cuando el problema mayor para ISS actual se presentará, ya que todo parece indicar que Rusia se retira con todo y sus módulos, lo que dejará a la ISS actual sin tres módulos importantes.

Rusia reclamará sus módulos nodular (UM), científico (NEM) y multipropósito (MLM), este último será añadido a la ISS entre 2018 y 2020, según lo acordado, y en luego deberá desensamblarse nuevamente para llevarlo a la nueva estación rusa. La razón para todo esto es que los rusos quieren garantizar su acceso al espacio, algo contradictorio analizando los últimos años.

Ya son varios años en los cuales los rusos son los únicos con acceso efectivo al espacio. Desde el cierre del programa de transbordadores espaciales estadounidenses Rusia se hizo con el control del espacio, ganando buen dinero por rentar sus cápsulas Soyus. La verdadera razón de esta separación tiene que ver con problemas políticos en Tierra, como no podía ser de otra manera.

La gran interrogante es qué pasará con la ISS. Europa, Japón y Canadá presentan poco interés por continuar invirtiendo en ella, pero casi estoy seguro que Estados Unidos no dará un paso atrás, no cuando Rusia y su nueva estación espacial pueden dejarlos bastante atrás, en lo que se supone el inicio de la carrera espacial para llegar a Marte, usando la Luna como base espacial.

Vía | La Jornada