El Enterprise es el transbordador espacial que nunca salió al espacio, pues fue construido como prototipo para hacer diversas pruebas a la aerodinámica del diseño; de hecho tiene denominación OV-101, que en términos de la NASA quiere decir que tiene la capacidad de volar, aunque nunca lo hizo fuera de la órbita terrestre.
En algún momento la NASA pensó en adaptarle los motores y sistemas necesarios para que pudiese salir al espacio pero no lo hizo porque al final resultó más económico construir un transbordador desde cero que adaptar el Enterprise, el cual por cierto pasará el resto de sus días en el Museo Mar-Aire-Espacio del Intrepid, aunque antes de llegar a su nuevo hogar ya le dieron su “estrenón”.
Resulta que el domingo pasado el transbordador comenzaba la última parte de su viaje, para lo cual debía ser montado en una barcaza que debía llevarlo al museo mencionado desde el aeropuerto John Fitzgerald Kennedy de Nueva York, trayecto en el que debía de pasar por varios puentes, uno de los cuales apenas dejaba un margen de unos metros a los costados.
Resulta que cuando la barcaza cruzaba dicho puente una ráfaga de viento la empujó lo suficiente para que la punta del ala derecha resultara dañada, y aunque fuentes del museo han dicho que el daño no afectó mecanismos ni estructuras, sino que es puramente cosmético, no deja de ser un dato interesante el hecho de que el transbordador haya sufrido más daño en un solo día que en toda su vida útil.
Quizá a varios nos parezca raro que a pesar de la angostura del puente no se hayan tomado medidas de precaución para evitar un accidente como este, aunque por suerte no fue algo más grave; pero eso si, este acontecimiento queda para las anécdotas curiosas sobre los transbordadores espaciales, que aún después de jubilados nos siguen dando de que hablar.
Vía: Microsiervos