Exobots

Exobots | Fotografía de Penn State

Como seres humanos cada uno de nosotros tiene una forma de ser definida, nuestro carácter se ha ido moldeando con los años y el pasar de las experiencias nos forma de manera distinta a cualquier otra persona. Sin embargo, a pesar de nuestras diferencias todos tenemos que seguir ciertos códigos de conducta que se nos inculcan desde niños, sin los cuales vivir en sociedad sería prácticamente imposible.

Estoy hablando de códigos morales y éticos que nos indican que es lo que está bien y que está mal, aunque al final tenemos la libertad de elegir si queremos actuar en perjuicio o beneficio de otros, con la consciencia claro está de que existen castigos y premios a los cuales no haremos acreedores según según nuestro comportamiento en sociedad. ¿Por qué todo este rollo?

Seguritron

Seguritron | Fotografía de Seguritron

Bueno, en cierto punto los robots alcanzarán tal sofisticación que podrán realizar tareas de forma independiente, por lo que la pregunta es: ¿quién será responsable por las acciones de sus actos?, ¿qué ocurrirá si un robot realiza una acción incorrecta y perjudica a un ser humano?, ¿qué castigos se le podrían imponer a un robot?. Todo esto ha puesto a pensar a muchos expertos desde hace ya mucho tiempo.

¿Necesitamos desarrollar una ética para robots?, ¿de qué manera la integraremos en los sistemas robóticos?. La ciencia ficción hace mucho tiempo que comenzó a plantearse estas incógnitas y uno de sus más grandes exponentes planteó allá por 1942 su visión de una manera sobresaliente. Fue Isaac Asimov quien formuló las famosas Tres Leyes de la Robótica, las cuales implementó en gran parte de su obra:

  • Un robot no puede hacer daño a un ser humano.
  • Un robot obedecerá las órdenes de un ser humano, a menos que estas contradigan la primera ley.
  • Un robot protegerá su propia existencia excepto si esto entra en conflicto con la primera y segunda ley.

Por esta razón Asimov es considerado un visionario, ya que fue capaz de imaginar robots autónomos varias décadas antes de que estos fueran una realidad. En sus libros el escritor pone a prueba sus leyes de manera magistral, ya que ejemplifica de manera muy clara cuales son las ventajas y limitaciones de sus leyes.

Pero centrándonos en la realidad la cuestión se complica bastante, y aunque aún falta algo de tiempo para que se desarrollen robots completamente autónomos, nadie podrá dudar que ese momento llegará y entonces habrá que encontrar una manera de regular el comportamiento de los robots, lo cual se debe comenzar a prever o la tecnología podría llegar a superarnos…