Las tecnologías digitales han acortado distancias y reducido tiempos, ahora la información fluye de manera más vertiginosa que nunca. Sin embargo, esto no implica que seamos más productivos que antes, porque ahora es muy sencillo encontrarse con demasiadas distracciones, que si no sabemos atender y darles salida de forma adecuada pueden estar influyendo en nosotros de forma negativa.
Son muchos los problemas derivados de un sobrecarga tecnológica, entre los que se encuentran dolores de cabeza y espalda, depresión, irritabilidad, cambios de carácter, sedentarismo y aislamiento; si no encontramos el modo de apartarnos un poco de esto entonces habrá un momento en el que el estrés tecnológico nos consuma.
Aprender a utilizar las nuevas herramientas digitales es una necesidad para aquellos quienes por cuestiones de trabajo o estudio tienen que pasar muchas horas frente a una computadora, ya que según datos del Instituto Nacional de Psiquiatría (INP), México es el segundo país a nivel mundial con mayor estrés laboral después de China, y entre 30 y 40 por ciento de los mexicanos sufre estrés tecnológico.
Las herramientas tecnológicas tales como el correo electrónico, el teléfono celular y las redes sociales, son sumamente útiles, pero según los expertos sino aprendemos a desvincularnos en ciertos momentos de ellas es bastante probable que caigamos en estrés, el cual afecta todas y cada una de las actividades que realiza una persona; es decir, estar al pendiente de dichas herramientas de manera repetitiva y compulsiva nos hará menos funcionales y nuestro rendimiento laboral será mucho menor.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha publicado en un informe que en promedio los mexicanos pasan tres horas diarias conectados a internet frente a una computadora, pero durante el resto del día están al pendientes de correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas a través del teléfono celular. Además menciona que el 25 por ciento de los mexicanos entre 25 y 55 años padecen tecnoestrés.
El combate de este padecimiento debe hacerse desde el momento de planear las actividades del día, en donde hay que dejar espacio para actividades recreativas o de esparcimiento con la familia o los amigos, además de algunos pequeños cambios en la rutina diaria, como practicar algún deporte o simplemente salir a caminar.
Vía: Matuk