Mucho se ha hablado sobre que la generación de baterías actuales es la que está deteniendo el avance de la tecnología, una idea que no cuesta mucho trabajo apoyar dado la gran cantidad de conceptos y tecnologías que no pueden ser una realidad debido a que las baterías de hoy día tienen poca autonomía y su tiempo de recarga es elevado.
Varias compañías están desarrollando las que serán las baterías de la próxima generación, pero esto es un proceso largo y costoso, razón por la que se ha llegado a mencionar que las baterías actuales aún les resta una década de vida útil, lo que implica que hay que buscar formas de mejorarlas y modificarlas en la medida de lo posible.
Un grupo de científicos de General Electrics han desarrollado un sensor que se puede introducir en una batería, el cual proporcionará información a detalle y de gran importancia sobre su funcionamiento interno, datos que servirán para extender su autonomía.
Es verdad que ya existen sensores para baterías, pero lo que hace diferente a este nuevo sensor es que su tamaño es entre 10 y 20 veces más pequeño que cualquiera existente, de modo que puede ser colocado en prácticamente cualquier parte, como por ejemplo en las células de la batería, con lo que se obtendrán datos más precisos.
El sensor está aún en pruebas, en las que están participando expertos de la Universidad de Michigan y será la empresa automotriz Ford la primera en probar esta tecnología. Lo que los científicos están haciendo ahora es determinar cuantos sensores son necesarios instalar en cada batería para obtener datos útiles y una correcta lectura de la batería.
Vía: Motor Pasión Futuro y Wired