Acueducto de Segovia

Gusta mucho hablar de la ingeniería romana, sobre todo cuando se trata de ponerla como ejemplo de lo que la ingeniería debería representar antes que nada: eficiencia y durabilidad. Sin embargo, hoy me he preguntado, ¿cuál es el legado de los ingenieros romanos que tanto se pregona y por qué deberíamos admirarlo tanto?

En primer lugar debo mencionar que algunas de las invenciones que los romanos utilizaban con frecuencia no son ideas originales, sino más bien adaptaciones de inventos que otras civilizaciones propusieron con anterioridad; en este punto entran algunas máquinas e instrumentos de guerra que fueron utilizados con gran eficiencia por los romanos.

Puente de Alcántara

Pero lo que si es de completa autoría romana son construcciones tales como acueductos y puentes, dos tipos de construcciones en las cuales esta civilización se destaca grandemente, construyendo obras que eran indispensables para el funcionamiento del imperio romano, muchas de las cuales aún perduran hasta nuestros días.

Eran 14 acueductos los que surtían a la ciudad de Roma de miles de millones de litros de agua, algunos de los cuales alcanzaron longitudes de 100 kilómetros con desniveles perfectamente desarrollados, con hasta 300 metros iniciales y 60 metros finales. En lo que respecta a los puentes los romanos construyeron los más largos y resistentes de su época, basados en el uso del arco como estructura básica.

La mentalidad de la propia civilización romana fomentó que sus obras de ingeniería civil y militar fuesen tan bien construidas. Los romanos dominaron Europa durante un amplio período de la historia, lo que los hacía creer que gobernarían por siempre, de modo que sus construcciones estaban hechas para durar por siempre.