Soy de la opinión de que siempre hay que voltear a la naturaleza si queremos obtener ideas para mejorar el mundo. La naturaleza tiene la ventaja pues lleva millones de años solucionando problemas, y otro ejemplo interesante que afirma esto es el de la mosca verde (Lucilia sericata), cuyos ojos no se empañan ni siquiera en los ambientes más húmedos.
Por esta razón un equipo de investigadores está estudiando el recubrimiento de la estructura del ojo de dicha especie de mosca. Imagina por un momento disponer de vidrios que no se empañen nunca. Se podrían utilizar en ventanas de vehículos y edificaciones, así como en paneles solares y pantallas de dispositivos electrónicos.
Más importante aún, un recubrimiento similar a escala nanométrica se podría utilizar para proteger a las redes eléctricas y de comunicaciones del congelamiento, lo que ahorraría mucho dinero en mantenimiento, sobre todo en países con bajas temperaturas. De momento la investigación va comenzando pero promete cosas buenas.
El empañamiento de las superficies se produce cuando en estas se depositan gotas de agua con diámetro menor a 190 nanómetros, y entonces la visibilidad se ve reducida. En laboratorio los investigadores aplicaron gotas con diámetro menor a 10 nanómetros encontrando que todo el cuerpo de las moscas se cubría con agua a excepción de sus ojos.
Esta capacidad se debe a que los ojos de la mosca verde están compuestos por miles de unidades hexágonales de 20 micras de tamaño. Con ayuda de nanopartículas de zinc los científicos esperan poder recrear esta estructura superhidrófoba. El equipo de investigadores pertenece a la Universidad de Wollongong (Australia) y es liderado por el profesro Shi Xue Dou.
Vía: Phys