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Hace una década un vehículo compacto podía pesar hasta tonelada y media, no había problema si el consumo era de 8 kilómetros por litro o menos, pues el precio relativamente bajo del combustible lo permitía. Hoy sin embargo, un vehículo, mientras más pese, más combustible consume, y eso implica más emisiones. Eso ya no lo pueden permitir los fabricantes.

Algunas empresas han volteado la mirada a los materiales compuestos, pues presentan propiedades que permitirían disminuir el peso de los vehículos, sin tener que sacrificar la seguridad de los pasajeros. Este último es el motivo por el cual los vehículos no se pueden hacer más ligeros con los materiales actuales, pues la normativa exige un mínimo de seguridad.

Desde hace 20 años se llegó a un tope de 1,400 kilogramos. Resultaba imposible disminuir el peso de los vehículos por debajo de esta cifra, sin afectar las condiciones mínimas de seguridad. Además, los sistemas de seguridad debían mejorar y eso implicaba un aumento de peso considerable. ¿La solución? La innovación en materiales, por supuesto.

Esta situación fue la que dio origen al desarrollo de la fibra de carbono, así como a las aleaciones de aluminio. Pero con estos materiales no basta y hay que seguir con los desarrollos. Ford es al parecer la empresa más interesada en ello, pues quiere reducir 25 por ciento más el peso de sus vehículos, lo que podría lograr gracias a una colaboración con la empresa DowAksa.

La idea es investigar la fabricación masiva de nuevos materiales más ligeros y resistentes. Para esto contarán con el apoyo del Departamento de Energía de Estados Unidos. Fabricar vehículos más ligeros es una aspecto prioritario para Ford, enmarcado dentro de su Plan de Sostenibilidad, tanto para disminuir los costos de combustible, como para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Vía | Hipertextual