Científicos del National Physics Laboratory (Laboratorio Nacional de Física) del Reino Unido, han desarrollado un termómetro que permite trasmitir información detallada sobre los cambios de temperatura sucedidos en una explosión de fracciones de segundo sin resultar dañado en la misma.
Conocer en forma precisa los cambios de temperatura durante una explosión supondrá un mayor conocimiento de cómo ocurren los diferentes procesos físicos y químicos durante la misma, ya que dicha propiedad es importantísima para poder estudiar cualquier sistema.
El termómetro, a diferencia de sus antecesores, es capaz de resistir tanto sea el calor abrasivo de miles de grados Celsius, como también el hollín, la onda expansiva, y el choque de objetos contundentes desprendidos en la explosión.
El mismo, que se compone de una fibra óptica de 400 micrómetros (menos de medio milímetro) protegido por un tubo de acero abierto en un extremo, es capaz de recolectar información sobre la radiación térmica liberada en cuatro longitudes de onda distintas, realizando un aproximado de 50.000 mediciones por segundo y trasmitir dicha información a un dispositivo lejos del lugar de la detonación.
El instituto de investigación británico ha probado en forma exitosa dicho termómetro en escenarios “simples”, y se prepara de manera optimista a continuar sus pruebas en explosiones de mayor envergadura.
Fuente: Selected Science News