Son muchas las razones que explican las fisuras en el concreto, pero encabezan la lista el hecho de utilizar material de poca calidad, así como también está la cuestión de no calcular las cargas adecuadamente. Sin embargo, tarde o temprano todo concreto comienza a presentar fisuras, que en algunos casos constituyen un riesgo estructural, y en otros solamente se trata de una mala apariencia.
Pensando en esto un profesor e investigador de la Universidad Técnica de Delft (Holanda), Henk Jonkers, ha desarrollado un concreto que puede repararse por la acción de determinadas bacterias, una vez que se agrega agua. Debo puntualizar que no es la primera vez que la idea surge, pero este concreto en específico tiene varias ventajas respecto a otros que han surgido con el mismo fin.
El secreto de este nuevo bioconcreto radica en la adición de cápsulas de bacilos con lactato de calcio. No se especifica pero supongo que dichas cápsulas están contenidas en el cemento, que es el principal componente del concreto. Los bacilos pueden vivir en el ambiente alcalino del concreto, sin agua, sin oxígeno y sin ningún tipo de alimento, pues permanecen en estado de latencia incluso por años.
Para activar los bacilos hay que agregar agua, y entonces comenzarán a alimentarse con el lactato de calcio, llevando a cabo una reacción química que termina por producir piedra caliza, material que en teoría rellenaría las fisuras del concreto. Ahora bien, se espera que este producto esté disponible de forma comercial pronto, pero aún quedan algunas cuestiones poco claras.
En primer lugar, ¿si los bacilos se activan con el agua entonces qué pasará cuando llueva? También falta que se mencione el ancho máximo de las fisuras que se pueden reparar con este método. Y por último, ¿cuánto tiempo podrá autoreparse el concreto? Pues seguramente la cantidad de bacilos tendrá sus limitaciones. Como vez, el tema resulta interesante.