En ingeniería es muy complicado hablar de un diseño perfecto, porque en teoría todos los diseños son mejorables. Sin embargo, el clip de toda la vida podría llevarse el título del diseño perfecto, pues con sus más de 116 años de existencia sigue resultando eficiente y funcional. Piensa… ¿Qué le mejorarías a un clip?

Hoy en día hay clips de muchas formas, pero el clip metálico sigue siendo incluso más efectivo. Lo único que se le ha hecho al clip a lo largo del tiempo es recubrir el metal con plástico de colores, pero realmente no la considero una mejora sustancial, ya que básicamente el clip metálico sigue siendo superior.

La historia del clip se remonta oficialmente a 1899, y lo digo de esa manera porque ya antes se habían presentado algunos diseños, que terminaron por no prosperar. Fue en dicho año cuando un personaje de nombre William Middlebrook obtuvo la patente, y curiosamente no fue la patente del clip, sino más bien la de la máquina para fabricarlos.

En otras palabras, aunque el clip vino a resolver el problema de mantener hojas unidas de forma simple, lo que realmente importaba era la máquina que lo fabricaba, la cual por cierto sigue vigente hasta nuestros días. El proceso se ha agilizado, pero el principio sigue siendo el mismo: un alambre que se dobla hasta obtener la forma que todos conocemos.

Tuvieron que pasar 5 años para que se dieran cuenta de la importancia del clip, y el negocio millonario que representaría. Pero no fue Middlebrook quien patentó el clip en sí, fue la empresa Cushman & Denison, a quien se le vendió la patente de la máquina. Fue en 1904 cuando se patento el clip, bajo el nombre de Gem Clip.

Vía | Slate