Jules Verne, el primero de los vehículos de transporte automatizados (ATV) de la Agencia Espacial Europea(ESA), una serie de naves autónomas diseñadas para suministrar y empujar a la estación espacial internacional (ISS), ha sido lanzado con éxito a una órbita baja con un cohete Ariane 5 en la jornada de ayer. Durante las próximas semanas realizará maniobras para encontrar y finalmente abordar a la ISS, llevándole carga, combustible, agua y óxigeno.

El despegue se produjo, como es habitual, desde la Guayana francesa, concretamente en Kourou. Esta misión hizo necesaria una versión especial del Ariane 5, el Ariane 5ES, capaz de transportar cerca de las casi 20 Tm de Jules Verne (que es el doble de lo máximo que antes un Ariane 5 había llevado en carga).

De la carga que hemos comentado que Jules Verne lleva, aproximadamente la mitad es combustible que utilizará con sus propios motores para compensar la degradación orbital debido a la resistencia aerodinámica de la atmósfera. Recordemos que hablamos de una órbita baja y, aunque poca, hay una pequeña resistencia que va frenando a la nave y por tanto bajando su órbita.

Cuando Jules Verne abandone la ISS, después de 4 meses acoplado a la misma, se llevará con él desechos y se controlará su desintegración en la atmósfera sobre el Pacífico Sur.