La septicemia es una enfermedad infecciosa muy grave, que puede ser mortal si no se trata adecuadamente dado que actúa rápidamente presentando focos de infecciones en todo el cuerpo. El problema es que esta enfermedad se detecta en unos tres días, mínimo dos, lo cual implica que el paciente puede morir en ese tiempo.
Por ello científicos de la Universidad Nacional de Kaohsiung han desarrollado una nariz artificial con la cual es posible detectar varias bacterias de la sangre que causan la enfermedad, método que implica un día menos en la identificación de la enfermedad. Al día de hoy lleva 24 a 48 horas detectar si alguna bacteria está presente y otras 24 horas para detectar que tipo de bacteria es y así poder suministrar el antibiótico adecuado.
El dispositivo es una botella plástica del tamaño de la palma de una mano que tiene en su interior una solución de nutrientes ideal para que las bacterias, en caso de existir, puedan desarrollarse rápidamente. En el interior del envase hay una especie de nariz artificial con 36 pigmentos que cambian de color dependiendo de los productos químicos liberados por las bacterias, con lo cual se tiene hasta un 99% de precisión al identificar las ocho bacterias más comunes.
El procedimiento es sencillo ya que solo se extrae una muestra de sangre del paciente, la cual es inyectada en la botella, que se agita para propiciar la mezcla con los nutrientes, y solo resta observar si existe o no crecimiento bacteriano. La prueba toma un día y los resultados se obtienen al comparar el resultado con un patrón de cambios de color establecido para cada tipo de bacterias.
Vía: ACS