Predecir el comportamiento del sonido generado por un motor de un jet supersónico no es precisamente de las cosas más sencillas que los científicos hacen, de hecho se requiere de un inmenso poder de cálculo para poder entender un fenómeno tan complejo, algo que solo puede hacerse con una poderosa supercomputadora.
En el Stanford Engineering’s Center for Turbulence Research (CTR) estudian problemas complejos de dinámica de fluidos, para lo cual cuentan con un sistema IBM Sequoia Bluegene/Q, que presenta unas características técnicas impresionantes: 1.6 petabytes de memoria y 1,572,864 procesadores o núcleos de cálculo.
Los investigadores quieren determinar como afecta el ruido de un motor supersónico a la tripulación y a las personas que están en tierra, de modo que algún día se podrían fabricar audífonos de alta tecnología que reduzcan el ruido, así como otros avances tecnológicos que eviten el molesto ruido; además se quieren fabricar motores menos ruidosos.
Al trabajar con motores supersónicos es indispensable utilizar simulaciones porque las pruebas reales son poco viables, además de excesivamente costosas. Una simulación por computadora permite manipular muchas variables a la vez, además de que estás se pueden establecer con valores críticos para así analizar los límites del sistema.
Vía: Stanford Engineering