Los smartphones son frecuente referenciados como teléfonos inteligentes. También muchas cosas más suelen llevar el término inteligente, incluyendo sistemas robóticos. Estamos muy lejos de dotar a alguna tecnología de inteligencia, a similitud de la nuestra. ¿Entonces por qué esa manía de llamar a todo con el adjetivo inteligente?
El que todas las nuevas tecnologías parezcan ser “inteligentes” se debe básicamente a la mercadotecnia. Los publicistas han encontrado que inteligente es una palabra que vende bien, sobre todo cuando se trata de tecnología. Esta es la razón por la cual se ha expandido el uso de dicho término. Sin embargo, la pregunta es, ¿necesitamos tecnología inteligente?
Inteligencia y robótica
En la última década se han presentado enormes avances en el área de la robótica. A la par que se mejoran los sistemas electromecánicos también se mejoran los sistemas de procesamiento de información. Esto implica que la programación de los robots es cada vez más compleja. Sin embargo, es programación, no inteligencia, lo que presentan.
Hemos llegado a puntos donde un robot puede determinar con extrema rapidez como actuar en determinada situación. Esto es así no porque el robot razone las opciones y decida lo que tiene que hacer, sino porque tiene indicaciones programadas de hacer lo mejor en determinada situación. Para esto se requiere mucho desarrollo, por supuesto.
Científicos e ingenieros enfocados al área de la robótica tienen muy en mente la cuestión de los cerebros positrónicos mencionados por Asimov en sus historias. Si comparamos lo que en la ficción es un cerebro positrónico con los últimos avances, la robótica está ompletamente en pañales. Aún falta para desarrollar robots inteligentes, propiamente dicho.
Llegar al punto de emular el cerebro humano requiere aún muchas décadas. Hoy día se está trabajando con sistemas robóticos que presentan cierto grado de aprendizaje. Es decir, robots que pueden modificar sus algoritmos para incluir información nueva que han adquirido a través de pruebas prácticas. Es un buen avance sin duda.
Tecnología inteligente, ¿buena idea?
Solemos usar el término inteligente tan a menudo cuando hablamos de tecnología que se ha convertido en un adjetivo cotidiano. Sin embargo, el hecho de que una tecnología fuese inteligente, que pudiese razonar y decidir por si misma, implicaría muchas cuestiones fuera del campo de la ingeniería. En especial habría que hablar de ética robótica.
El cerebro humano, con todos los millones de años de desarrollo que presenta, aún es una zona muy desconocida para la ciencia. Aunque conocemos en general como funciona nuestro cerebro en particular quedan muchísimas preguntas por responder. Mientras no descifremos las claves más básicas de la inteligencia no podremos emularla.
Pero, ¿realmente queremos tecnología inteligente? En específico, ¿qué implicaría que un robot tuviera inteligencia? Supongo que entonces estaría facultado para tomar decisiones. En teoría parece sencillo, pero bien sabemos que a veces se presentan situaciones en las cuales no hay decisión adecuada. Sobre todo cuando se trata de situaciones riesgosas.
¿Si un robot inteligente tomara una decisión errónea qué sucedería? En 2006 Samsung develó el SGR-A1, robot que buscaba reemplazar al ser humano en la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y del Sur. Podía identificar y disparar a un blanco automáticamente a una distancia de hasta 3.2 kilómetros… ¿Un robot debe decidir sobre la vida de un ser humano?