Los baches son unos de los mayores problemas de las vialidades actuales ya que son difíciles de reparar, pues el proceso es lento y caro, y el hecho de no repararlos a tiempo representa un gran peligro para quienes circulan en sus vehículos porque en el menor de los casos se pueden dañar las suspensiones, y en el peor pueden ocurrir graves accidentes.
Por esta razón me ha llamado la atención un desarrollo de estudiantes de la Case Western Reserve University de Cleveland (Estados Unidos), el cual consiste en una solución rápida y práctica para parchar los baches de manera segura hasta que se realice una reparación cuidadosa del camino.
La idea es utilizar los llamados fluidos no-newtonianos, cuya característica principal es que pueden variar su viscosidad dependiendo de la temperatura o del esfuerzo cortante, lo que quiere decir que se pueden endurecer cuando se les aplica una fuerza. Esto implica que cuando un vehículo pase sobre él sería una superficie sólida, pero cuando no estará en su estado líquido, de manera que podrá adoptar fácilmente la forma del bache, para así cubrirlo por completo.
Claro que si estos fluidos se colocaran directamente en los agujeros de los caminos podrían terminar infiltrándose, por lo que como contenedor se utilizarán sacos de fibra de aramida (Kevlar) con silicona para hacerlo impermeable. Por si fuera poco el fluido utilizado en las pruebas es biodegradable.
El sistema se ha probado en algunas calles de Cleveland y sus creadores dicen que puede aguantar el tráfico diario incluso por semanas. Una ventaja más es que no se requiere mano de obra especializada para su colocación, aunque de momento es algo caro pues las bolsas de aramida son costosas, pero no se puede dudar que la idea es interesante, más para países como el nuestro, donde los baches y desperfectos viales son parte del paisaje diario.
Vía: Science Magazine