A la izquierda: Molécula de hidrógeno entre dos átomos de oro. A la derecha: Gráfica de la conducción mecánica del interruptor en función de la distancia entre los átomos de oro - Imágenes de la Universidad de Groninga

A la izquierda: Molécula de hidrógeno entre dos átomos de oro. A la derecha: Gráfica de la conducción mecánica del interruptor en función de la distancia entre los átomos de oro - Imágenes de la Universidad de Groninga

Los dispositivos electrónicos son bien conocidos por hacerse cada vez más pequeños a lo largo de los años. Lo que eventualmente supone un enorme ahorro de espacio y dinero.

Marius Trouwborst, físico que basó su doctorado en la investigación de corrientes eléctricas a través de átomos y moléculas, afirma que el futuro de la nanotecnología recae en el correcto uso de moléculas en el desarrollo de componentes electrónicos.

Los cantidad de transistores en un chip de computadora se ha doblado cada dos años. Dentro de una década, según Trouwborst, se alcanzará el límite físico de su tamaño, y no se podrán constuir transitores más pequeños que funcionen adecuadamente.

Las investigaciones de dicho físico resultaron en un interruptor mecánico, el más diminuto hasta el momento, que depende del contacto entre dos átomos de oro, cada uno de ellos estando en la cima de una estrucutura piramidal como la que se muestra en la figura. “Al mover los dos extremos una distancia de 100 picómetros (un picómetro es la billonésima parte de un milímetro) , se estará apagando y encendiendo el interruptor”, declara  Trouwborst.

También se puede atrapar una molécula entre los dos átomos de oro y después aplicar una diferencia de potencial entre los mismos, de esa manera se produce un flujo de electrones que pasan a través de la molécula atrapada. En las investigaciones, fue usada una molécula de hidrógeno. Se comprobó que al aumentar el voltaje la molécula aumenta cada vez más su caracter vibratorio hasta permitir el paso de corriente.

Si bien no está del todo claro por qué ocurre esto último, Trouwborst afirma que es una prueba de la viabilidad de construir materiales electrónicos basados en la manipulación de moleculas.

Fuente: Universidad de Groninga