Un trabajo en conjunto de investigadores del Centro Nacional de Oceanografía de la Universidad de Southampton junto con catedráticos del departamento de Ingeniería Eléctrica de dicha universidad, han desarrollado un sensor diminuto capaz de registrar las condiciones ambientales en las profundidades marinas, pudiendo resistir a todas las adversidades propias de dicho entorno.
Estos sensores, fueron colocados en el agua junto con un dispositivo que mide la temperatura y la salinidad del océano en función de la profundidad, siendo los sensores capaces de medir las concentraciones de nitratos y nitritos presentes en el agua, propiedades fundamentales en la química oceánica. Fosfatos, hierro y manganeso también pueden ser detectados por esta tecnología“, declaró el profesor Hiwel Morgan, investigador del proyecto.
El mismo, agrega que si bien la primer generación de estos sensores es de un tamaño comparable al de una botella de refresco, la idea es hacerlos más pequeños y de esa manera poder manejarlos remótamente prescindiendo de elaborados y costosos sistemas de control.
Este proyecto, que tiene dos grandes objetivos, siendo el primero desarrollar un laboratorio microscópico capaz de detectar hasta las más ínfimas concentraciones de nutrientes y contaminantes en el océano, y el segundo la creación de pequeños chips para identificar distintos tipos de fitoplancton, supone una significante contribución en varias áreas relacionadas a la oceanografía, la industria del agua y a la polución medioambiental.