Su nombre oficial es Laboratorio Climático de McKinley, pero se le conoce como la cámara de tortura de aviones. Se trata de unas instalaciones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, donde pueden poner a prueba a casi todas las aeronaves del mundo, con excepción del Airbus A380, que es el único avión que no cabe.
Lo que se hace en este laboratorio es simular cualquier condición ambiental real, y de hecho se va un poco más allá, para analizar el comportamiento de los aviones ante semejantes problemas. Se pueden simular huracanes, nevadas, tormentas, etc. Las aeronaves se someten a temperaturas elevadas, y después se llevan por debajo de los 40 grados Celsius.
Dentro de dichas instalaciones pueden hacer prácticamente de todo, incluso simular 60 centímetros de lluvia por metro cuadrado en solo una hora. Además se puede pasar de 10 a 100 por ciento de humedad en solo unos minutos. Todo esto con motores en marcha, lo que sin duda representa un desafío enorme.
Este laboratorio se encuentra en Florida, y está en activo desde 1947. Por ahí han sido probados, o han sufrido, mejor dicho, más de 300 aviones y helicópteros, incluidos todos los de Estados Unidos, y cerca de 2,000 piezas diversas. Incluso ha albergado tanques de guerra y armamento.