Fénix I es el nombre del satélite más pequeño del mundo, el cual fue lanzado al espacio desde la Universidad del Valle de México (UVM) Campus Saltillo, ante unas 850 personas que vieron como se elevaba el globo aerostático inflado con helio que transportaba el pequeño aparato de apenas 782 gramos de peso.
Este satélite tiene la finalidad de medir el campo electromagnético del planeta para así poder determinar si hay anomalías debido al cambio climático. Con apenas 20 centímetros de diámetro por 25 de alto es producto del ingenio de 5 estudiantes que utilizaron un recipiento tortillero para realizar su proyecto.
El proyecto tuvo un costo de aproximadamente 15,000 pesos y el tiempo de desarrollo abarcó unos 7 meses, desde el momento en el que Guzmán Carballido y Luis Trueba concibieron la idea hasta el día del lanzamiento. El nombre está dado en honor al ave fénix, animal mitológico que al morir es capaz de resucitar.
Dentro de los componentes que utilizaron para armar el Fénix I se encuentran GPS, acelerómetro, altímetro, sensor de temperatura, sistemas de visión y giroscopio. Curiosamente la estructura consta de un par de tortilleros de unicel cuyo precio es de 13 pesos cada uno; estos se utilizaron además para aislar los componentes lo mejor posible y protegerlos de los cambios de temperatura.
La altura máxima que alcanzó el satélite antes de caer nuevamente a tierra fue de 30 kilómetros y para lanzarlo tuvieron que pedir permiso a las autoridades aeroportuarias correspondientes, quienes indicaron el mejor momento de lanzamiento coincidente cuando no se representara un problema con el tráfico aéreo.
Vía: El Universal