Pequeño barco desplazándose en la superficie del agua mediante el sistema desarrollado por Cho y su equipo de investigadores - Imagen de la Universidad de Pittsburgh

Pequeño barco desplazándose en la superficie del agua mediante el sistema desarrollado por Cho y su equipo de investigadores - Imagen de la Universidad de Pittsburgh

Inspirado por el movimiento sinuoso de una larva de escarabajo en el agua, un equipo de investigadores de la Universidad de Pittsburgh desarrolló un nuevo sistema de propulsión en dicho fluido, que prescinde de pedales, remos o motores, y utiliza la superficie del agua como fuente de energía. La técnica se basa en desestabilizar la tensión superficial alrededor del objeto mediante un pulso eléctrico en el agua, causando que el mismo se mueva a través de la superficie gracias al arrastre de esta.

Esta forma de propulsión sería una forma eficiente y de bajo mantenimiento para pequeños robots y embarcaciones que monitorean la calidad del agua en océanos, pantanos, o sobre cualquier tipo de superficie acuática, según declara Sung Kwon Cho, investigador y catedrático en la facultad de ingeniería de dicha universidad.

El dispositivo desarrollado no tiene partes móviles y el electrodo que emite el pulso en el agua es de muy bajo consumo energético, pudiendo ser alimentado por baterías, ondas de radio, o células solares, agrega Cho.

Dicho investigador, ideó este sistema de propulsión inspirado por una larva de escarabajo, que se mueve en la superficie del agua mediante un principio similar. La misma, si desea mantenerse en reposo, aplica la misma tensión a ambos lados de sí. Si desea desplazarse hacia alguna dirección, la larva modifica la tensión superficial en la dirección opuesta con sus extremidades, y de esa manera logra desplazarse a través del agua.

Pero en vez de realizar un movimiento mecánico para alterar la tensión superficial de su alrededor como lo hace la larva, se recurre a un par de electrodos diminutos añadidos al barquito, el que lo impulsa lo hace a razón de 4 milímetros por segundo, y el otro situado en la parte delantera del mismo cumple la función de timón.

Fuente: Universidad de Pittsburgh