Los artefactos encargados de convertir la energía eólica deben, en muchos casos, resistir el ataque contínuo de condiciones climatológicas adversas, lo que termina dañándolos. Inspeccionarlos con precisión es una tarea difícil para un ser humano, pudiendo llegar a comprometer la integridad física del mismo. Pero ahora, investigadores del Instituto Fraunhofer, han desarrollado un robot que se encargará de encontrar hasta la más mínima avería en el funcionamiento de los rotores de dichos artefactos.
Principalmente hechas de fibra de vidrio y reenforzadas con plástico, las aspas de un rotor están expuestas a vientos fuertes, problemas de erosión, desgaste, etc. Hasta ahora, los mismos se inspeccionaban por un humano cada determinado tiempo. Trabajo que estaba lejos de ser fácil. Los técnicos debían examinar en detalle estructuras extensas (hay aspas de 60 metros de largo) y a veces en lugares bastante peligrosos como ser alturas considerables o en grandes profundidades marinas.
El robot, que lleva el nombre de RIWEA, no solo es un buen escalador, sino que también está equipado con varios sistemas de sensores muy avanzados que le permitirá inspeccionar muy cerca y de manera eficiente todo detalle de los rotores, según indicó el Dr. Robert Elkmann, encargado del proyecto.
Los métodos que aseguran la eficacia de la inspección son; en primer lugar, un radiador infrarrojo que dirige calor a las aspas del rotor, junto con una cámara térmica de alta definición que registra la temperatura en cada centímetro de superficie. Además, un sistema de ultrasonido junto con otra cámara también de alta definición capaz de detectar cualquier desperfecto minúsculo que pasaría desapercibido para el ojo humano. Y equipado con un software de alta tecnología especialmente diseñado que guía al robot en forma precisa a lo largo de las peculiaridades del rotor.
Fuente: Instituto Fraunhofer