El problema de los vehículos eléctricos se puede resumir en una sola palabra: prestaciones. Es verdad que en los últimos años se ha avanzado mucho en este tema, pero aún hay mucho por mejorar. Los eléctricos pueden acelerar al instante debido a la entrega de fuerza instantánea, y también pueden poner en jaque a los superdeportivos de combustible si el motor es muy potente. Suena bien, pero no tanto cuando la autonomía se ve afectada.
¿De qué sirve un vehículo eléctrico capaz de batir un superdeportivo actual? No es por nada, pero si no se tiene autonomía de poco sirven la aceleración y la velocidad, sobre todo cuando se analiza que hay que tardar varias horas para que el vehículo esté nuevamente funcional. Sin embargo, mejorar la aceleración y la velocidad de un vehículo eléctrico no es algo del todo inútil, pues la búsqueda de récords permite mejorar la tecnología.
Y si hablamos de récords de vehículos eléctricos el Electric Blue debe ser mencionado. Se trata de un vehículo diseñado y construido en la Universidad Brigham Young, que fue llevado en 2011 a Bonneville, donde alcanzó los nada despreciables 250 kilómetros por hora de velocidad máxima. Ahora dicho vehículo ha sido rediseñado con el objetivo de superar los 300 kilómetros por hora.
Son 130 estudiantes los que han aportado su granito de arena para que este vehículo fuese rediseñado, mejorando su aerodinámica y minimizando su resistencia al aire, para lo que han tenido que alargar la carrocería y hacerla más delgada, además de introducir las ruedas dentro de la estructura. En total el vehículo pesa menos de 500 kilogramos y en dos carreras el promedio para el récord fue de 329.7 kilómetros por hora. Nada mal.
Vía | ALT1040