Hoy día ese arte de restaurar las infraestructuras de épocas antiguas tiene un sofisticado nivel de especialidad que involucra no solo arquitectos e ingenieros, sino historiadores y sociólogos entre otros; en el caso de Latinoamérica, los organismos cooperantes dedican gran parte de sus subvenciones a colaborar con la recuperación de edificios y centros históricos que remembran esa época en que la colonización marcó el paisaje urbanístico en las ciudades fundadas por los países colonizadores.

A pesar que entre algunos segmentos sociales y étnicos sigue siendo un tema polémico, los resultados de esas intervenciones por la recuperación de el entorno va más allá de hacer bonitos los parques e iglesias, puesto que los resultados traen beneficios a los países donde su historia no se puede cambiar pero si se puede orientar hacia propósitos productivos.

El ejemplo mostrado es la restauración de la Plaza La Merced, en Comayagua, Honduras.

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Plaza La Merced, antes y después de su restauración el año 2002

Este proyecto, diseñado por la Oficina del Plan Maestro del Centro Histórico fue ejecutado por la Escuela Taller de Comayagua durante el período febrero 2000 – agosto 2001.
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Acceso Noreste al parque central, antes y después de su restauración en 1997

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El concepto arquitectónico del diseño del parque y de la nueva plaza resultó del concurso de diseño realizado en 1997, con el patrocinio de la Agencia Española de Cooperación Internacional, el cual combina el espacio abierto característico de las antigua plaza mayor con el partido de las plazas arboladas construidas a principios de 1900. El proyecto incluyó la construcción de un kiosco basado en el diseño del que existió a finales del siglo XIX, de una fuente de copas en la parte central de la plaza y de un monumento en el que se instaló la campana del antiguo palacio municipal que tocó la llegada de los pliegos de la independencia, el 28 de septiembre de 1821