La bioingeniería ha comenzado a dejarnos investigaciones sorprendentes, que en algún momento podrían dar el salto a la realidad diaria. La última noticia al respecto es la creación de músculo artificial a partir de cebollas, obteniendo la mayor capacidad de movimiento hasta ahora, en comparación con otros materiales.

Para desarrollar músculos artificiales se han utilizado elastómero y sedales de pesca, pero con el uso de cebolla han logrado mayor capacidad para curvarse y alargarse. Esto se ha realizado en la Universidad de Taiwán, China, donde especialistas en bioingeniería emplearon células muertas de la epidermis de la cebolla.

De dichas células los científicos retiraron la hemicelulosa, que es un compuesto vegetal que se caracteriza por su rigidez. Posteriormente aplicaron una fina capa de oro, para garantizar que el material pudiese conducir la electricidad. Como paso final aplicaron corriente eléctrica, comprobando que las células de la cebolla se comportan como células musculares.

Es decir, al aumentar el voltaje el músculo artificial a base de células de cebolla se contraía, y cuando se disminuía el voltaje se expandía nuevamente. Al ver esto los científicos decidieron crear una especie de pinza sobreponiendo varias capas de cebolla, y observaron que su pequeño músculo artificial era capaz de sostener pequeños objetos.

Los músculos artificiales de cebolla tienen el potencial de revolucionar varios campos, desde la robótica suave hasta la medicina regenerativa. En robótica, estos músculos podrían ser utilizados para crear robots más flexibles y adaptables, capaces de realizar tareas delicadas que requieren precisión y suavidad. Por ejemplo, en el campo de la medicina, los robots equipados con músculos artificiales de cebolla podrían ser utilizados para realizar cirugías menos invasivas y más precisas.

Además, los músculos artificiales de cebolla también podrían tener aplicaciones en la industria textil. Debido a su capacidad de estirarse y contraerse, podrían ser utilizados para crear tejidos inteligentes que se adapten a las necesidades del usuario. Estos tejidos podrían ser utilizados para crear ropa que se ajuste mejor al cuerpo, o incluso para crear prendas que puedan cambiar de forma y estilo según las preferencias del usuario.

Por último, es importante destacar que el uso de células vegetales para crear músculos artificiales también tiene implicaciones éticas y ambientales. En comparación con el uso de células animales, el uso de células vegetales es más sostenible y éticamente aceptable. Además, el proceso de creación de músculos artificiales de cebolla es relativamente simple y económico, lo que podría hacer que estas tecnologías estén disponibles para más personas en todo el mundo. En resumen, el desarrollo de músculos artificiales de cebolla tiene el potencial de tener un impacto significativo en varias industrias, y podría ayudar a abordar algunos de los desafíos más urgentes que enfrentamos hoy en día.