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El SKA ocupará una superficie de un millón de metros cuadrados, y producirá tantos datos que para analizarlos se requerirá de mucho poder de procesamiento. Para que se puedan dar una idea, los datos obtenidos en un solo día requerirían 2 millones de años para ser reproducidos en un iPod; así de monstruosa es la cantidad de información que dará.

AKA son las siglas de Square Kilometer Array, y su objetivo será ayudarnos a resolver algunas de las más grandes preguntas de la astronomía actual, realizando para ello el mapeo de la distribución cósmica de hidrógeno. Y el proyecto va por buen camino, pues ya se ha completado la primera fase, consistente en el diseño de los instrumentos.

En total se han invertido en dicha primera fase 650 millones de euros, y ahora habrá que pasar a la construcción de las antenas, que serán un total de 200 tipo parabólico, cuya instalación será en Sudáfrica, y 100,000 tipo dipolo, que se instalarán en Australia. Todas actuarán de forma complementaria para conformar un solo radiotelescopio.

Se estima que la construcción de este supertelescopio comenzará en 2018, y se utilizará tanta fibra óptica como la que requeriría un cable que de la vuelta 2 veces al planeta. Pero el verdadero reto será informático, pues se generará en datos una cantidad 100 veces mayor que todo el tráfico mundial de Internet de la actualidad. Para hacer frente a esto se necesitará un superordenador con una potencia similar a la de 100 millones de computadoras actuales.

Vía | Think Big