Hace algunos años, cuando la era de los transbordadores espaciales llegó a su fin, el futuro de las misiones al espacio por parte de Estados Unidos quedó en suspenso. Sin embargo, el rumbo estaba marcado con antelación: las empresas privadas tomarían la batuta, con el apoyo de la NASA, por supuesto.

Fue así como varias empresas se presentaron como candidatas para proporcionar a la NASA una nave espacial con la cual llevar y traer personas y carga a la Estación Espacial Internacional, principalmente. Entre las empresa figuraba Sierra Nevada, cuya nave espacial, Dream Chaser, parecía sin duda una de las mejores opciones.

Al final el diseño, que por cierto rememoraba a los antiguos transbordadores espaciales, fue descartado por la NASA, quien dio prioridad a diseños de cápsulas similares a la Cápsula Orion, proyecto desarrollado por la propia agencia. Así se aceptaron la Dragon X de SpaceX y la CST-100 de Boeing.

El problema es que las opciones mencionadas son todas similares, por lo que no existen alternativas, y en cuestión aeroespacial nunca hay que tener una sola respuesta. Sin embargo, la NASA prometió seguir apoyando el desarrollo de Sierra Nevada, al menos hasta 2016, y la empresa quiere volver a concursar para ganarse un lugar en la lista de la agencia.

Así, aunque no forme parte oficial del programa Commercial Crew Transportation Capability, la Dream Chaser será llevada hasta la etapa Critical Design Review, que es cuando se realizan pruebas de vuelo real, para determinar si el diseño es factible o no.

Vía | Microsiervos